Están por todo nuestro organismo -desde el cerebro hasta el hígado- y trabajan liberando moléculas nocivas que degradan los tejidos afectando la cognición, aumentando nuestra fragilidad y debilitando el sistema inmune. Y su número aumenta a medida que envejecemos.
Son las células senescentes, a menudo llamadas células zombis.
Con la edad, las células pueden experimentar “senescencia”, un estado en el que dejan de crecer y de dividirse pero se resisten a morir y continúan lanzando una combinación perjudicial de señales biológicas nocivas.
Cuando una persona es joven el sistema inmune puede eliminar las células senescentes. Pero muchas logran persistir contribuyendo a problemas de salud y enfermedades asociadas con la edad.
Es por eso que durante más de una década varios equipos de científicos han estado investigando formas para destruir estas células y detener así los problemas del envejecimiento.
¿El secreto para una vejez sana?
Las enfermedades, las lesiones y otros factores de estrés dañan las células de todo nuestro cuerpo.
Idealmente, nuestro sistema inmune elimina las células dañadas mediante un proceso llamado apoptosis.
Pero a medida que envejecemos, nuestro organismo ya no es tan eficaz para eliminar células disfuncionales, y esto puede contribuir a un sistema inmune debilitado y otros procesos biológicos menos eficientes.
Lo que cada vez más investigadores están explorando es si la senescencia celular podría ser la clave para revitalizar los tejidos envejecidos y aumentar los años de vida saludable.
En las decenas de ensayos clínicos que actualmente se están llevando a cabo sobre las células senescentes, los investigadores están utilizando desde fármacos -nuevos y reconvertidos- hasta biomarcadores y herramientas genéticas para reprogramar y matar estas células con la esperanza de poder acabar con las enfermedades asociadas a la vejez.
En un estudio publicado en octubre de 2023 en la revista Aging Cell, los investigadores de la Clínica Mayo en Rochester, Minnesota, analizaron las células senescentes para explicar el envejecimiento a nivel celular.
“Sabemos que las personas envejecen a un ritmo distinto y que la edad cronológica de una persona no siempre coincide con su edad biológica”, explicó en un comunicado la doctora Jennifer St. Sauver, principal autora del estudio.
“Descubrimos que un grupo de proteínas diversas liberadas por células zombis pueden funcionar como biomarcadores de senescencia y pueden predecir los resultados de salud en adultos mayores”.
Los investigadores también descubrieron que medir estos biomarcadores en la sangre puede ayudar a predecir la mortalidad más allá de la combinación de la edad cronológica, el sexo o la presencia de una enfermedad crónica en una persona.